Llegué anoche a Perú después de un viaje largo pero entretenido. Dejando atrás los días de despedidas tristes en los que las lágrimas encontraban su vía de escape demasiado fácilmente y me sorprendían con alarmante frecuencia.
Subí al avión que despegó con retraso y me dispuse a intentar proyectar mi mirada en el destino escogido, en la aventura planeada, esperando que los gusanos que sentía en el estómago se convirtiesen en crisálidas y seguidamente en mariposas que me devolviesen la ilusión que me había movido hasta allí.
En el vuelo conocí a Manuel Jesús, un médico que venía de hacer una estancia de dos meses en Valladolid, a Amelia, una chica que volvía de vacaciones a ver a su familia después de tres años en España (estaba tan emocionada…) y a Raquel, una chica de cara angelical que se dirigía a Cuzco a hacer un voluntariado también, en la zona de selva.
El mal de la clase turista ya no me permitía estar sentada más tiempo cuando la voz de la azafata ordenó que nos abrocháramos los cinturones, íbamos a aterrizar en Lima.
Las luces de la ciudad desde la ventanilla eran diferentes a las de otras ciudades, cómo tantas cosas aquí. Se distinguían unas zonas, donde brillaban unas muy poquitas luces perfectamente ordenadas y muy separadas entre ellas, junto a los mares de luces típicos de cualquier ciudad. Y sobre el mar muchos barcos también muy iluminados.
Al bajar del avión fui con Raquel hasta el control de los pasaportes y después a la salida de las maletas. Cuando salió su maleta, Raquel se fue y nos despedimos deseándonos suerte. Yo me quedé largo rato hasta comprobar que mi maleta finalmente, no había llegado. Después de poner la correspondiente reclamación, me dirigí a la salida para apretar el famoso botón que hace encender la luz verde, que significa pasar o la roja, que significa que tienes que abrir tus maletas y que te las revisen. Pero antes de llegar a éste botón me mandaron a pasar por aduana para revisar las maletas donde llevaba todas las cosas para la ONG. Me hicieron abrir todo y me revisaron hasta el fondo. Finalmente tuve que pagar 490 soles por el portátil y casi hora y media después que el resto del pasaje, de mi avión salí del aeropuerto con la sensación de que Perú no me había acogido con los brazos abiertos.
Subí al avión que despegó con retraso y me dispuse a intentar proyectar mi mirada en el destino escogido, en la aventura planeada, esperando que los gusanos que sentía en el estómago se convirtiesen en crisálidas y seguidamente en mariposas que me devolviesen la ilusión que me había movido hasta allí.
En el vuelo conocí a Manuel Jesús, un médico que venía de hacer una estancia de dos meses en Valladolid, a Amelia, una chica que volvía de vacaciones a ver a su familia después de tres años en España (estaba tan emocionada…) y a Raquel, una chica de cara angelical que se dirigía a Cuzco a hacer un voluntariado también, en la zona de selva.
El mal de la clase turista ya no me permitía estar sentada más tiempo cuando la voz de la azafata ordenó que nos abrocháramos los cinturones, íbamos a aterrizar en Lima.
Las luces de la ciudad desde la ventanilla eran diferentes a las de otras ciudades, cómo tantas cosas aquí. Se distinguían unas zonas, donde brillaban unas muy poquitas luces perfectamente ordenadas y muy separadas entre ellas, junto a los mares de luces típicos de cualquier ciudad. Y sobre el mar muchos barcos también muy iluminados.
Al bajar del avión fui con Raquel hasta el control de los pasaportes y después a la salida de las maletas. Cuando salió su maleta, Raquel se fue y nos despedimos deseándonos suerte. Yo me quedé largo rato hasta comprobar que mi maleta finalmente, no había llegado. Después de poner la correspondiente reclamación, me dirigí a la salida para apretar el famoso botón que hace encender la luz verde, que significa pasar o la roja, que significa que tienes que abrir tus maletas y que te las revisen. Pero antes de llegar a éste botón me mandaron a pasar por aduana para revisar las maletas donde llevaba todas las cosas para la ONG. Me hicieron abrir todo y me revisaron hasta el fondo. Finalmente tuve que pagar 490 soles por el portátil y casi hora y media después que el resto del pasaje, de mi avión salí del aeropuerto con la sensación de que Perú no me había acogido con los brazos abiertos.
9 comentarios:
Hola gordi!!acabo de entrar en tu bolg en cuanto he sabido que ya estaba empezado.Me he sorprendido con un nudo en la garganta.Tiene que ser una sensacion muy extraña, una mezcla de horror por lo que no se entiende y alegria inmensa por saber que estas formando parte de la solución. Me das mucha envidia y me alegro hasta el infinito de que estes alli y de que estes bien. Sigue teniendonos al dia porfi. un besazo y un abrazo enorme de esos q aprietan.
Tu hermanita Maria
Hola Elvira.
¡me he quedado muy impresionada!
espero que hayas encontrado la experiencia que buscabas (aunque sé que todavía es muy pronto).
Creo sinceramente que se ha de ser muy valiente para irte y compartir tantas cosas.
No nos dejes de escribir por favor (y publica fotos!!)
Recibe un fuerte abrazo de Alberto y un besazo de tu prima Cristina.
CUIDATE!!
hola, me alegro que estes bien, esos niños no saben la suerte que tienen, y el cariño que van a recibirde mi amiga Elvira, espero que sigas bien y esperaré noticias de este blog tan chulo.
Buenos días mi querida princesa Elmisa.
Termino de leerlo todo. Estoy con el corazón encogio y no me salen las palabras. Acojonaico me tienes.
El trabajo es verdaderamnete ingente y no se le verá el fin. Es como si quisieras tocar la luna y te subes a un arbol. No la tocas pero ciertamente estás más cerca.
Este mundo solo se puede arreglar con la conversión de las personas.
Me siento muy unido a ti y te admiro.
Sigue tocando esta sinfonía que es grata al oido aunque rompa el corazón.
Un fuerte abrazo y un besazo de tu padre.
Hola Marquesa!!
Cuando me dijeron que te ibas a Peru no me sorprendio, si alguno de nosotros iba a hacer algo tan bonito estaba claro que serias tu.
Me ha emocionado mucho verte alli tan lejos pero a la vez tan cerca porque siento que estas mas cerca que nunca.
No paro de pensar en lo valiente que eres y en lo orgullosa que me siento de ser tu amiga.
La television solo nos trae malas noticias, un mundo que parece lleno de gente inhumana y malvada. Ahora a traves de la pantalla vemos a una mujer valiente que llega al corazon de todos nosotros y hace que el mundo sea un lugar mejor.
Muchos besos desde Inglaterra de Aitor y Espe.
buenas chica, me alegro haber empezado el dia leyendo tu experiencia.
En un mes mas pierdes el acento murcianico,jajaja porque lo que es en la redaccion de textos ya lao estas perdiendo.
Espero que estes bien a pesar de los miedos e incertidumbres que te puedan surgir,ya te dije que que a Teresa de Calcuta tambien le entraban asi que animo,jaja.
Bueno ya tienes 6 fieles seguidores de tu blog ahora nos tendras enganchados a lo GRAN HERMANO . Un besazo y que sepas que rezamos por ti y todas las personas de tu entorno.
JORGE Y NATI
Hola Elvira!!
Soy " el primo Larry"..ya sabes... acabo de entrar en el blog y leerlo todo.... aprovecha el momento y continua escribiendo la novela que estas escribiendo de este tramo de tu vida que seguro será vitalizante. Así que "avante y máquina".
Un saludo
Juanma
Hola Elvira,ya veo que hasta te vas de fiesta,(por la foto) tomando cervezas con tus amigos.Que por cierto parece que no coman,de lo delgados que están!!!!!!!!!
espero que sigas tan contenta con los niños,y organizando que eslo tuyo.
Cuidate y disfruta!!!!!!
Te echamos mucho de menos!!!!!!!!
M.Mar,Isa,Sabrina,Paco,Mara
hola mocica ,es para que no se te olvide el panocho, supongo que viviendo una experiencia inolvidable,me encanta leer las cosas que estas disfrutando y encima poderlas gustar nosotros tambien desde aqui por medio de las fotos ,que pareces de national geografic a caballo,a pie,subiendo a esas alturas bueno toda una indiana jones jaja me alegro mucho por ti que estes bien y digo que estas bien porque se te nota en la cara.Y ya sabes cuando estes mal silba que desde Murcia te escuchamos.
BESOS JORGE NATI Y FAMILIA
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